Aun te sigo queriendo

Journal and pen

Me llamo Rodrigo and nací en el East Village. Mis raíces se establecieron en Brooklyn desde que mi padre compró una casa en Sunset Park en los años 70s. Mis
padres nacieron en Puerto Rico. A la edad de 53, puedo decir que he vivido una vida plena: tengo una ex-esposa y 13 hijos(as) ¡de quienes me siento muy orgulloso! Amo y cuido a todos mis hijos e hijas por igual, incluso a mi hijo mayor Julio, quien es gay. Aceptar que mi hijo Julio es gay fue algo muy difícil desde el principio… me acuerdo que estaba en el trabajo y recibí una llamada de mi esposa diciéndome que Julio fue sorprendido besando a un chico; el solo tenía 9 años. Mi esposa me preguntó: “¿Y qué vamos a hacer?” Ella hizo que Julio me llamara. Julio me dijo: “Papi, necesito
hablarte.” Yo estaba tan enojado que le pregunté, “¿Y qué, eres gay?” De repente el me colgó el teléfono.

Durante el día muchas cosas e ideas cruzaron por mi mente. Como dice el viejo dicho, “Dime con quién andas y te digo quien eres.” Lo primero que se me ocurrió fue lo que iba a decir la gente: “Ese, es el Aún te sigo queriendo hijo de Rodrigo — y es gay.” Pensé en cómo mi propio padre hubiera reaccionado. Se crió en la manera
puertorriqueña tradicional — bien estricto y severo. Me hubiera dicho, “Vete de aquí, haz tus maletas.” ¿Pero cómo podría decirle a mi hijo que por ser gay, tiene que irse? He oído demasiados cuentos de lo que algunos jóvenes han tenido que hacer para sobrevivir. Yo no quería que mi hijo pasara por eso. Tenía que ser un buen padre a pesar de mi forma de pensar.

Cuando llegué a casa esa noche y le pregunté: “¿Es cierto?” Julio me respondió: “Creo que sí.” Lo miré y pensé: carne de mi carne, sangre de mi sangre — y le dije: “Está bien, aún te sigo queriendo.”

Ahora Julio que tiene 33 años, vive en la Florida y trabaja para las aerolíneas. Nos llevamos bien y mantenemos las cosas claras y reales; le aseguro que él me puede hablar de todo. Y me pone al día sobre lo que pasa en su vida. Es un buen hombre y no quiero que sea de ninguna otra manera. “Mi hijo es mi hijo y lo quiero con todo mi corazón.”